La huella de carbono es el conjunto de gases de efecto invernadero que emite, de manera directa o indirecta, un individuo, comunidad, organización, producto o acción, entre otros. La industria automovilística y logística generan un 23% de las emisiones globales de CO2 y, de este porcentaje, el sector de la intralogística es responsable de un 25% (mientras que el sector del transporte genera el otro 75%). Las emisiones que provienen de la industria logística son consecuencia, principalmente, del transporte, el almacenaje y la recogida de pedidos.

Tal como se ha explicado en la entrada El ciclo de vida de las carretillas , la huella de carbono se analiza a través de la evaluación del ciclo de vida del producto y se mide con la variable del dióxido de carbono. Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día es posible reducir al mínimo las emisiones de CO2 que provienen de las diferentes actividades dentro de intralogística. Concretamente, la reducción de las emisiones se puede aplicar desde tres perspectivas diferentes:

  • Un enfoque tecnológico a través de la optimización de las tecnologías existentes y la introducción de nuevos sistemas de carga, almacenamiento y propulsión.
  • Un enfoque operativo a través de un trabajo de consumo consciente y de la eficiencia energética en la tracción y la elevación.
  • Un enfoque organizacional para reducir las distancias de recorrido y la frecuencia de las carretillas a través de sistemas de control que optimizan su funcionamiento.

El análisis del ciclo de vida que se aplica en los vehículos (incluidas las carretillas) se lleva a cabo a través del método “Well-to-wheel” (del pozo a la rueda), que engloba todos los análisis individuales de las emisiones de CO2 de cada servicio y/o producto para, posteriormente, analizar el sistema en su conjunto. A través de esta metodología se pueden calcular todos los gastos energéticos, desde la extracción de la materia prima hasta la conversión de ésta en energía cinética.

Ilustración 1. Comparación de las tecnologías de propulsión. Fuente: Daimler.

 

Tal como se muestra en la ilustración 1, después de aplicar el método “Well-to-wheel” en el análisis del ciclo de vida de las carretillas, se comprueba que la tecnología de iones de litio es, actualmente, la que tiene una huella de carbono más reducida en todo su ciclo de vida. Esto significa que la tecnología de iones de litio es la más ecológica y menos contaminante en todas las fases del producto, desde que se extraen las materias primas para su fabricación hasta que el acumulador se convierte en residuo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.