Emilio Quignón
Product Manager de Jungheinrich de España

Todo parece indicar que el hidrógeno, de una forma u otra, será una fuente de energía que ocupe un lugar importante en la automoción. Y de aquí se nutrirá la industria intralogística, puesto que se trata de una tecnología que se podría adaptar sustituyendo a los acumuladores de energía que se utilizan hoy en día, pero con la gran diferencia que la única sustancia que emite esta tecnología es agua. Es por esa razón que, al día de hoy, la pila de hidrógeno es la tecnología que tiene más números para convertirse en la más verde y sostenible del futuro. Los gases de efecto invernadero que se emiten y se acumulan actualmente en la atmosfera se podrían reducir enormemente con esta tecnología y, consecuentemente, grandes problemas como la contaminación o el cambio climático podrían ser mitigados. Ahora bien, para que todo esto se haga realidad necesitamos importantes avances en la elaboración previa al uso del hidrógeno. Es sabido que sin los desarrollos tecnológicos pertinentes, no conseguiremos el “verde” deseado. En la actualidad, el grado de eficiencia de la pila de hidrógeno es demasiado bajo. De momento, el coste y la dependencia de las energías actuales para hacer funcionar la pila de hidrógeno provocan que el uso de esta sea meramente marginal.

 

Las características de la pila de hidrógeno

Una vez superemos esa de fase ineficiencia energética, parece que la tecnología de hidrógeno supondrá una revolución en la industria automovilística y, por su parte, la industria intralogística se nutrirá de esos avances para aplicarlos a las carretillas. En unos años, el sector de la intralogística podrá haber integrado completamente las pilas de hidrógeno en las carretillas sin que esto suponga ningún cambio en el funcionamiento y diseño de los vehículos. Donde sí se producirán modificaciones será en el suministro, almacenamiento y en las infraestructuras, ya que la tecnología de la pila de hidrógeno requiere unas instalaciones muy complejas y, hoy por hoy, también muy caras. Las infraestructuras necesitarán una ubicación que, posiblemente, acabe sustituyendo la sala de carga convencional de las baterías de ácido-plomo por un espacio para el suministrador de hidrógeno.

Aun así, actualmente esta tecnología es muy costosa y se podría decir que, en términos generales, las flotas de maquinaria con pila de hidrógeno solamente funcionan en aquellos lugares en los que existen subvenciones para esta tecnología. El único país que realmente ha introducido esta tecnología en el sector de la intralogística es Estados Unidos, con no más de 6.000 unidades por todo el país, lo cual es una cantidad residual en relación al parque de maquinaria existente en EEUU. Todo esto demuestra que, actualmente, las empresas que integran la tecnología de hidrógeno en sus productos lo hacen si cumplen los siguientes tres principios: reciben una subvención por el uso de esta tecnología, están dispuestos a pagar parte de esta tecnología ellos mismos y, por último, si se trata de una empresa que está orientada y comprometida con el medio ambiente y tiene visión de futuro.

En España la pila de hidrógeno se encuentra con un primer obstáculo que es la falta de subvenciones, pero con el trasfondo de que es una tecnología que todavía no ha madurado lo suficiente. Actualmente la energía que se necesita para obtener, transformar, preparar e implantar el hidrógeno es, aproximadamente, la misma energía que se obtiene de la pila de hidrógeno, por lo que el grado de eficiencia de esta tecnología es todavía muy bajo. Esta situación cambiará radicalmente cuando se empiece a dar importancia a otras energías que no sean derivadas de los combustibles fósiles pero, hasta entonces, y mientras no se dediquen más esfuerzos y se invierta en la investigación y desarrollo de esta tecnología, esta realidad se mantendrá igual y el lobby del petróleo seguirá concentrando todo el poder. Solamente cuando se haya investigado suficientemente y la tecnología de la pila de combustible se domine, ésta será realmente eficiente y nos abrirá un mundo totalmente diferente por la sencilla razón de que la base de esta tecnología es el hidrógeno y será imposible agotar este elemento, ya que el 98% del universo es hidrógeno. Cuando el panorama actual cambie y la preponderancia del petróleo decaiga, podremos manejar la tecnología de la pila de hidrógeno y se presentarán multitud de posibilidades en tema de fuentes de energía, porque esa fuente de energía no la podrá acabar nadie. Esto parece una utopía, pero realmente es así.

 

El futuro de la tecnología de hidrógeno

Desde mi parecer, la tecnología de hidrógeno será el acumulador de energía más verde que exista en un futuro. Hoy por hoy, con lo que se conoce actualmente, el hidrógeno es el elemento que más posibilidades brinda en el campo de los acumuladores de energía sin atacar al medio ambiente, es más, todo lo contrario, preservándolo al máximo.

Al día de hoy, la tecnología de hidrógeno es un tema de escaparate para mostrar que las empresas que tienen pila de combustible hacen algo por el medio ambiente. En España existen autobuses, coches y carretillas que incorporan la pila de combustible, pero realmente no es nada de lo que podamos estar orgullosos, ya que nadie está realizando ningún esfuerzo por acelerar este avance tecnológico. Además, se debe tener en cuenta que para la implantación de cualquier nueva tecnología se necesita contar con una amplia red de suministro y con unas infraestructuras determinadas, y ese es un proceso lento que es válido y aplicable tanto a la tecnología de hidrógeno como a la de iones de litio.

Aun así, la pila de combustible se acabará por implantar en las carretillas. El sector de la intralogística no será pionero en su aplicación sino que, de la misma manera que con la tecnología de iones de litio, la industria automovilística será quién desarrolle y aplique la pila de combustible (soportando mayoritariamente los costes que esto conllevará) y la industria de la intralogística se beneficiará de su precursora y lo adaptará a sus carretillas. De cara al futuro, sin duda, el hidrógeno habrá ganado la batalla. De momento en el tema eléctrico con las baterías de iones de litio hay muy buenas perspectivas para un futuro cercano, de aproximadamente 10 años. El hidrógeno tardará más, pero éste será la solución a muchos de nuestros problemas, y espero que lleguemos a tiempo porque realmente estamos en un momento crucial para el futuro de nuestro planeta.

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